Llegar a Samos desde Andalucia es sorprendente, el frescor, el verdor de sus prados, la abundante vegetación y un Monasterio hacen que al llegar alli uno se sienta de maravilla.
Empiezas a ver a peregrinos con sus mochilas y una sensación extraña te recorre. Dejamos las cosas en el Hostal y salimos a pasear por Samos antes que se hiciera de noche.
La Primera cruz que nos encontramos, nos llama la atención las piedras puestas encima, tienen nombres y fechas escritos, de Peregrinos que quieran dejar su huella, una forma de dar ánimos a los que llegan pienso yo.

A las 7'30 comenzamos el camino siguiendo la carretera a mano derecha pero a la vez siguiendo el rio a mano izquierda, que con la neblina de la mañana estaba precioso.
Y rápidamente nos desvian las señales amarillas que van marcando todo el camino hasta Santiago para meternos en un bosque
donde solo se oyen a lo lejos los mugidos de las vacas y el paisaje se llena de gigantescos maizales, casas para el ganado, castaños y verdes praderas. Sin duda el tramo más bonito que recorri en mi peregrinaje.
Extrañamente, no nos cruzamos con nadie en este tramo, parecia que iba a salir una Meiga de la niebla y nos iba a atrapar en alguna tela de araña de las que pendian de la alambrada
Los cruces por rios son abundantes y cada puente tiene su encanto
Los maizales son inmensos, este estaba atrapado entre la niebla de la mañana
En el camino vas encontrando aldeas pequeñitas, casi siempre con sus cultivos al lado de la casa
No podia parar de mirar por todos los rincones, de asomarme en cada establo o en cada iglesia
Cada sendero llevaba a otro aún más bonito
Y por fin nuestros pasos nos llevaron a Sarria con la espalda dolorida por el peso. Entrando al pueblo se acercó un hombre con publicidad de una Granja en Barreiros, nos contó que en invierno era Granja Escuela y que en verano albergaba a los peregrinos, estaba a 9km de Sarria pero que si queriamos nos llevaba la mochila al albergue. La idea era muy tentadora, al haber salido de Samos solo llevabamos 15 km andando y queriamos pasar Sarria en este dia, la idea era no dormir en los pueblos grandes, sino en los pequeñitos del camino, sabiamos que al ser año Xacobeo estaria todo muy lleno y nos gusta la tranquilidad. Asi que aceptamos, nos libramos de la mochila y la llegada a Sarria fue más liviana.
Después de este encuentro los peregrinos iban creciendo, nos ibamos encontrando con andantes que nos contaban de donde venian, casi todos iban rápido para reservar refugio para esa noche.
Llegamos al mediodia, triunfantes de ese primer dia y en un bar al lado del rio lo celebramos con unos chuletones de ternera que estaban deliciosos. Después, a meter los pies doloridos en el rio y buscar una sombra para descansar un rato
Proseguimos nuestro andar por la bella Sarria lentamente
Una música extraña, ya en el camino, nos llama la atención, miramos y resultó ser un vending donde sellar la credencial y maquinas con bebidas y comida, algo extraño en medio del campo
Me sorpende a la salida de la ciudad que el camino pase por un cementerio, pero luego se te acostumbra la vista, el camino pasa por muchisima Tierra Santa
Un árbol centenario con un cartel "cuida al árbol" aparece en el camino
Un sendero, por cierto, al lado del rio, cuesta arriba, mucho calor, mucho polvo y mosquitos que se nos meten en la boca al respirar fatigosamente. En este momento decido que si he de andar será solo hasta el almuerzo, el calor y el estomago lleno son malos compañeros de sendero.
Llegamos a la Granja y teniamos habitación con literas para dos, los aseos compartidos, muy amplios y limpios, un sitio tranquilo lleno de peregrinos donde contar las anecdotas a la hora de la cena